Un encendido recuerdo

A tí, que te gusta ir al monte, con tu latita de gasolina porque te gusta ver las llamas. Y también a tí que, a sueldo del inmobiliario de turno, vas a quemar unas pocas hectáreas de nada, a ver si un pinar se convierte en una urbanización de mucho lujo. A tí, que destruyes toda la vida, matando árboles que vivían siglos antes de que arrastrases tu vida miserable por esta tierra, y animales que ni saben ni entienden lo que pasa.

A todos vosotros que, con toda la intención del mundo, estais convirtiendo este país en un puto desierto, y que luego sois los mismos que os quejais de que no llueve, y que no sabéis cómo vais a llevar el agua que ya no hay a vuestros chaletitos de lujo.

Y también a vosotros, que presas de la inconsciencia, arrojais vuestras colillas por la ventana de vuestro coche (debe ser que no aguantais vuestros propios malos humos, supongo), no contentos con mataros a vosotros mismos. O a tí, que te gusta hacerte una parrillada aunque el día sea cálido, todo este seco, y haya viento que levante las chispas.

Que sepais que me acuerdo de todos vosotros, y que ojalá algún día os entren remordimientos por lo que habéis hecho o vais a volver a hacer, y que esos remordimientos por haber arruinado el futuro de vuestros hijos a cambio de unos pocos euros, o de la simple inconsciencia, no os dejen dormir el resto de vuestra puta vida.

Con cariño:

Edu.

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