Aquí comienza
"La democracia no va a pagar ningún precio político por la paz". Eso ha dicho el Presidente del Gobierno hace unas horas al anunciar el inicio del diálogo entre ETA y el Gobierno.
Yo siempre he sido de la creencia de que la mejor (y única) manera de terminar con ETA es a través de la aplicación de la Ley y del uso de las fuerzas policiales al servicio de la Justicia. Tratar a los terroristas como delincuentes y por tanto no concederles ningún tipo de capacidad de diálogo político, al igual que no se la concedemos a los violadores, a los atracadores o a los pederastas.
Sigo creyendo que con los que empuñan las armas para matarnos si no aceptamos sus ideas ni cumplimos sus deseos no hay nada que hablar. Igual que no hablamos ni negociamos con los violadores.
La sociedad democrática utiliza la Ley. Sólo la Ley. Nos basta con la Ley.
Ahora el Gobierno va a comenzar "oficialmente" (puesto que ya ha habido diálogo previo con ETA, según asegura el propio PSE-PSOE, diálogo que comenzó hace cuatro años -con ETA matando-) el diálogo con ETA.
Un diálogo en el que no se va a pagar precio político.
Todos entendemos que "precio político" será todo aquél que incluya beneficios a los terroristas alcanzados por el mero hecho de matar. Si consiguen que haya "territorialidad", obtendrán un "pago político" por que dejen de delinquir (cómo si damos un chalet a un violador a cambio de que deje de violar). Si consiguen que haya "autodeterminación", obtendrán un pago político" (cómo si damos un millón de euros a un atracador a cambio de que deje de robar).
Si obtienen cualquier beneficio por dejar de delinquir TODOS perdemos.
Si obtienen cualquier beneficio por dejar de delinquir LEGITIMAMOS el uso de la violencia para obtener objetivos políticos.
El Presidente Zapatero ha dicho "La democracia no va a pagar ningún precio político por la paz". Perfecto. Estoy de acuerdo al 99% (no comparto lo de la paz, ¡YA ESTAMOS EN PAZ!). Ahora espero que el propio Presidente esté de acuerdo con lo que ha dicho que, esta vez sí, mantenga lo dicho.
Espero que no seamos víctimas de un nuevo engaño. Porque nos estamos jugando el presente y el futuro.
Yo siempre he sido de la creencia de que la mejor (y única) manera de terminar con ETA es a través de la aplicación de la Ley y del uso de las fuerzas policiales al servicio de la Justicia. Tratar a los terroristas como delincuentes y por tanto no concederles ningún tipo de capacidad de diálogo político, al igual que no se la concedemos a los violadores, a los atracadores o a los pederastas.
Sigo creyendo que con los que empuñan las armas para matarnos si no aceptamos sus ideas ni cumplimos sus deseos no hay nada que hablar. Igual que no hablamos ni negociamos con los violadores.
La sociedad democrática utiliza la Ley. Sólo la Ley. Nos basta con la Ley.
Ahora el Gobierno va a comenzar "oficialmente" (puesto que ya ha habido diálogo previo con ETA, según asegura el propio PSE-PSOE, diálogo que comenzó hace cuatro años -con ETA matando-) el diálogo con ETA.
Un diálogo en el que no se va a pagar precio político.
Todos entendemos que "precio político" será todo aquél que incluya beneficios a los terroristas alcanzados por el mero hecho de matar. Si consiguen que haya "territorialidad", obtendrán un "pago político" por que dejen de delinquir (cómo si damos un chalet a un violador a cambio de que deje de violar). Si consiguen que haya "autodeterminación", obtendrán un pago político" (cómo si damos un millón de euros a un atracador a cambio de que deje de robar).
Si obtienen cualquier beneficio por dejar de delinquir TODOS perdemos.
Si obtienen cualquier beneficio por dejar de delinquir LEGITIMAMOS el uso de la violencia para obtener objetivos políticos.
El Presidente Zapatero ha dicho "La democracia no va a pagar ningún precio político por la paz". Perfecto. Estoy de acuerdo al 99% (no comparto lo de la paz, ¡YA ESTAMOS EN PAZ!). Ahora espero que el propio Presidente esté de acuerdo con lo que ha dicho que, esta vez sí, mantenga lo dicho.
Espero que no seamos víctimas de un nuevo engaño. Porque nos estamos jugando el presente y el futuro.
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