Más diferencias entre izquierda y derecha
Por esas cosas que tiene la vida, me veo rodeado (sobre todo, laboralmente) de personas que se definen "de derechas". Y todas ellas dicen votar al PP. Como se pueden ustedes imaginar, las tertulias del café son un poco complicadas, ya que me veo sólo contra todos...
Lo principal que noto cada vez que las conversaciones van hacia el tema político es... odio. Un odio irracional y descomunal hacia todo lo que no sean sus mismas ideas y su forma de entender la vida. Arremetiendo con odio contra el rival político, odio contra el inmigrante, odio contra el que elige un estilo de vida diferente (artistas, bohemios, etc).
Por contra, cuando estoy entre personas que dicen votar a la izquierda, veo socarronería, a veces indignación, diálogo (incluso para enfrentar opiniones), y mucho más razonamiento en los argumentos.
¿Quiero eso decir que cada votante del PP es un ogro, y cada votante del PSOE es un paradigma de educación? ¡Por supuesto que no! En el círculo de mis amigos, donde cada uno votamos cosas diferentes (este blog es buen ejemplo de ello), continuamente exponemos y enfrentamos nuestros criterios... como personas civilizadas y sin llegar a enfadarnos. Y también conozco algún izquierdista (aunque más a la izquierda del PSOE, normalmente) que es algo "violento" en sus planteamientos y en su forma de defenderlos.
Seguramente todo se deba una vez más a lo que comentábamos en este mismo blog el otro día, y que Unai no comparte en absoluto conmigo: la diferencia entre idelogía de izquierdas y de derechas.
La izquierda ha representado históricamente una serie de radicalismos que, con la excusa de una sociedad igualitaria, se han convertido en horribles dictaduras. Sin embargo, la derecha, que representaba las modernas democracias, también mantiene terribles regímenes totalitarios, tan crueles como los anteriores.
Sin embargo, a estas alturas de la película, la izquierda europea, y sobre todo la española, predica, en vez de la revolución, una tendencia hacia el igualitarismo basado en políticas sociales, que concedan ayudas a quienes la necesitan, sin penalizar (que quizá se debería hacer) a quienes más tienen. Como resultado, los gobiernos de izquierdas se caracterizan por mejorar la vida del común de los habitantes, instaurando nuevas leyes que les apoyen.
Por contra, la derecha se caracteriza, tanto en su versión conservadora como en la liberal, por predicar la iniciativa individual, el negocio y la economía, arrasando, si es necesario, con los derechos (que no privilegios), que los trabajadores (los menos favorecidos de la escala empresarial) han conseguido a lo largo de años de reivindicaciones. Los gobiernos de derechas se caracterizan por mejorar la economía de un país en conjunto. Lo que normalmente significa que los que más tienen, más ganan, y los que menos tienen, se quedan igual o normalmente peor.
Además, dentro de la derecha española se encuadran votantes de tendencias racistas, xenófobas y agresivas, y muchos que siguen pensando que vivir en una dictadura es una buena cosa.
¿Sabrán esas personas que en una dictadura no se podrían haber manifestado contra el Gobierno como legítimamente han hecho en nuestra Democracia?
Lo principal que noto cada vez que las conversaciones van hacia el tema político es... odio. Un odio irracional y descomunal hacia todo lo que no sean sus mismas ideas y su forma de entender la vida. Arremetiendo con odio contra el rival político, odio contra el inmigrante, odio contra el que elige un estilo de vida diferente (artistas, bohemios, etc).
Por contra, cuando estoy entre personas que dicen votar a la izquierda, veo socarronería, a veces indignación, diálogo (incluso para enfrentar opiniones), y mucho más razonamiento en los argumentos.
¿Quiero eso decir que cada votante del PP es un ogro, y cada votante del PSOE es un paradigma de educación? ¡Por supuesto que no! En el círculo de mis amigos, donde cada uno votamos cosas diferentes (este blog es buen ejemplo de ello), continuamente exponemos y enfrentamos nuestros criterios... como personas civilizadas y sin llegar a enfadarnos. Y también conozco algún izquierdista (aunque más a la izquierda del PSOE, normalmente) que es algo "violento" en sus planteamientos y en su forma de defenderlos.
Seguramente todo se deba una vez más a lo que comentábamos en este mismo blog el otro día, y que Unai no comparte en absoluto conmigo: la diferencia entre idelogía de izquierdas y de derechas.
La izquierda ha representado históricamente una serie de radicalismos que, con la excusa de una sociedad igualitaria, se han convertido en horribles dictaduras. Sin embargo, la derecha, que representaba las modernas democracias, también mantiene terribles regímenes totalitarios, tan crueles como los anteriores.
Sin embargo, a estas alturas de la película, la izquierda europea, y sobre todo la española, predica, en vez de la revolución, una tendencia hacia el igualitarismo basado en políticas sociales, que concedan ayudas a quienes la necesitan, sin penalizar (que quizá se debería hacer) a quienes más tienen. Como resultado, los gobiernos de izquierdas se caracterizan por mejorar la vida del común de los habitantes, instaurando nuevas leyes que les apoyen.
Por contra, la derecha se caracteriza, tanto en su versión conservadora como en la liberal, por predicar la iniciativa individual, el negocio y la economía, arrasando, si es necesario, con los derechos (que no privilegios), que los trabajadores (los menos favorecidos de la escala empresarial) han conseguido a lo largo de años de reivindicaciones. Los gobiernos de derechas se caracterizan por mejorar la economía de un país en conjunto. Lo que normalmente significa que los que más tienen, más ganan, y los que menos tienen, se quedan igual o normalmente peor.
Además, dentro de la derecha española se encuadran votantes de tendencias racistas, xenófobas y agresivas, y muchos que siguen pensando que vivir en una dictadura es una buena cosa.
¿Sabrán esas personas que en una dictadura no se podrían haber manifestado contra el Gobierno como legítimamente han hecho en nuestra Democracia?
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