Una historia triste

Hoy quiero contar una historia. Ha salido en la tele, pero no han sido demasiado benévolos con ella. Es sobre un anciano. Un señor de ochenta años. Vive con su mujer, que tiene cuatro años más. Ella padece alzheimmer, esta ciega y ha sufrido varios infartos cerebrales, lo cual la reduce a poco más que un vegetal tumbado en una cama. Él mismo no tiene demasiadas energías ni para irse de compras. Es por eso que el hijo de ambos ha tenido que dejar de trabajar para dedicarse en exclusiva a cuidarlos a ambos, desperdiciendo los mejores años de su vida.

Esta persona ha visto como su mujer, a la que amaba con pasión, ha ido reduciéndose a la nada. Ha dejado de ser ella misma hace tiempo, pero ahora mismo, en los pocos momentos de lucidez, ve en sus ojos ciegos un sufrimiento sin límites. Y un día toma una decisión terrible. Piensa para sí que su momento ya ha pasado, y que ahora llega la hora de que su hijo vuelva a recuperar su libertad y su vida. Y para eso solo puede terminar con la suya.

Pero no ha sido un hombre con cultura. No pudo estudiar, ni falta que le ha hecho, piensa. Pero ahora no tiene nada más a mano que un cuchillo de cocina. Y con él va al dormitorio de su mujer. Respira hondo de antes de poder hacerlo.

No había pensado que matar fuera un asunto tan complicado y tan sucio. Tan sangriento. Pero finalmente su mujer es libre. Y llega el momento de hacerlo consigo mismo. Justo entonces se oye la puerta, y llega su hijo, que descubre el horror. De todas formas, él no está seguro de que hubiera sido capaz de acabar con su propia vida. Pero poco importa: el juez lo enviara a la cárcel, está seguro, lo cual sigue dejando libre a su hijo para tener una vida. No sabe que las personas de tan avanzada edad no ingresan en prisión.

De toda formas, lo destinan al Módulo Psiquiátrico de una penitenciaría. No es malo, después de todo. Sólo hay dos cosas que no le dejan dormir: haber perdido a su amada hasta que se vuelvan a encontrar en la otra vida, y que su hijo quizá nunca sea capaz de perdonarle. Pero sonríe sabiendo que en unos pocos meses, al menos, podrá volver a trabajar y a disponer del resto de su tiempo libre.

Lo que no sabe es que, en todas las teles de España, el titular es "un hombre de ochenta años asesina a su mujer a puñaladas: otro claro caso de violencia doméstica".

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