Reflexiones sobre la eutanasia

Como cada poco tiempo, salta a los medios el fallecimiento de alguien seriamente incapacitado que quería dejar de vivir y no podía hacerlo por su propios medios.

En principio, estoy de acuerdo con el derecho a que cada persona haga con su vida lo que le da la gana. Incluso dejar de vivirla. Creo que es un derecho único e inalienable del ser humano disponer de sí mismo.

No obstante, leyendo y escuchando a los de la fundación pro-vida, reflexiono y pienso un poco más: si cuando una persona sana intenta suicidarse, decidimos que tiene algún tipo de problema mental (normalmente depresión) y, por tanto, no es dueño de sus actos ni libre para actuar con total conciencia, ¿acaso un pentapléjico (nueva palabra que aprendo, por cierto) que quiere morirse no estará también sumido en una depresión? ¿No deberíamos entonces aplicar tratamientos "paliativos", como dice esa asociación?

La verdad es que es un gran dilema, que mueve a profundas reflexiones. Si un psiquiatra certificase que dicha persona es dueña de sus actos y lucida, entonces no me cabría la duda de darle el derecho a morir como prefiriese. Pero ¿y si no? ¿Y cómo se puede saber eso?

En resumen: sigo pensando que cada cual tiene derecho a disponer de su vida. Lo que ya no tengo tan claro es hasta donde puede intervenir la sociedad en el control sobre la vida de cada persona.

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