España ha muerto ¡Viva España!
Una cosa común a todos los nacionalismos que azotan España es, precisamente, su negación sistemática de España como "nación" e incluso la tendencia a tildarla de "opresora". Así España sería algo que en un momento dado de la historia sometió salvajemente a la sempiterna y hermosa nación oprimida (sea Galicia, Cataluña o el País Vasco).
España, la malévola máquina de triturar libertades y sociedades, habría tratado de disolver, exterminar y diluir a esas naciones sometidas para poder reinar sobre los territorios encharcados con la sangre de patriotas (hoy elevados a los altares del simbolismo más extravagante).
España es, por tanto, el enemigo venido de fuera. El extranjero opresor. El déspota. La maldad encarnada en país, Estado y bandera. Y por tanto pertenecer a ella es un ejercicio de masoquismo intolerable que ningún buen patriota (gallego, catalán o vasco) puede asumir como su nación.
Más o menos es así como lo ven algunos.
No deja de llamar mi atención como si extendemos este planteamiento a todas las Comunidades Autónomas con algún partido nacionalista de mayor o menor presencia resulta que España se reduce a... nada. Y me refiero a que no hay ningún territorio que reclame ser esa España malvada y opresora. Ni siquiera España sin más.
Desde luego no lo son (según el criterio de los nacionalistas anti-españoles que allí existen) ni Galicia, ni Cataluña, ni el País Vasco. Pero tampoco Aragón, ni Navarra, ni Valencia, ni Canarias, ni Castilla, ni Asturias, ni Cantabria, ni Andalucia, ni Baleares, ni Ceuta, ni Melilla... esto (asumiendo las tesis de los grupos nacionalistas de todos estos territorios) implica que España se ciñe poco más que a Extremadura y Madrid.
Pero resulta que no consta en ningún sitio que el Imperio extremeño-madrileño conocido como España sometiera, tras arduas y sangrientas campañas contra heróicos patriotas, a todas esas naciones libres. Así pues algo falla en las tesis nacionalistas de los diversos grupos ya que esa España enemiga no existe ni ha existido jamás y entonces cabe preguntarse ¿quién les sometió?¿quién les arrebató su libertad y sus derechos?¿quién es ese enemigo a batir?
Lo mejor de todo es ver como se abrazan los líderes de esos partidos nacionalistas cuando se apoyan al hacer campaña unos y otros contra esa España maldita. Resulta chocante porque es como si se apuñalasen con cada apretón de manos. A fin de cuentas ¿no son los otros, desde su propio punto de vista, integrantes de esa España que detestan? En vista de que su enemigo común no existe ¿no son ellos mismos su propio enemigo común?
¡Qué follón!¡Qué caos de nacionalidades!
Y entre medio me sigo preguntando ¿qué es España?
España, la malévola máquina de triturar libertades y sociedades, habría tratado de disolver, exterminar y diluir a esas naciones sometidas para poder reinar sobre los territorios encharcados con la sangre de patriotas (hoy elevados a los altares del simbolismo más extravagante).
España es, por tanto, el enemigo venido de fuera. El extranjero opresor. El déspota. La maldad encarnada en país, Estado y bandera. Y por tanto pertenecer a ella es un ejercicio de masoquismo intolerable que ningún buen patriota (gallego, catalán o vasco) puede asumir como su nación.
Más o menos es así como lo ven algunos.
No deja de llamar mi atención como si extendemos este planteamiento a todas las Comunidades Autónomas con algún partido nacionalista de mayor o menor presencia resulta que España se reduce a... nada. Y me refiero a que no hay ningún territorio que reclame ser esa España malvada y opresora. Ni siquiera España sin más.
Desde luego no lo son (según el criterio de los nacionalistas anti-españoles que allí existen) ni Galicia, ni Cataluña, ni el País Vasco. Pero tampoco Aragón, ni Navarra, ni Valencia, ni Canarias, ni Castilla, ni Asturias, ni Cantabria, ni Andalucia, ni Baleares, ni Ceuta, ni Melilla... esto (asumiendo las tesis de los grupos nacionalistas de todos estos territorios) implica que España se ciñe poco más que a Extremadura y Madrid.
Pero resulta que no consta en ningún sitio que el Imperio extremeño-madrileño conocido como España sometiera, tras arduas y sangrientas campañas contra heróicos patriotas, a todas esas naciones libres. Así pues algo falla en las tesis nacionalistas de los diversos grupos ya que esa España enemiga no existe ni ha existido jamás y entonces cabe preguntarse ¿quién les sometió?¿quién les arrebató su libertad y sus derechos?¿quién es ese enemigo a batir?
Lo mejor de todo es ver como se abrazan los líderes de esos partidos nacionalistas cuando se apoyan al hacer campaña unos y otros contra esa España maldita. Resulta chocante porque es como si se apuñalasen con cada apretón de manos. A fin de cuentas ¿no son los otros, desde su propio punto de vista, integrantes de esa España que detestan? En vista de que su enemigo común no existe ¿no son ellos mismos su propio enemigo común?
¡Qué follón!¡Qué caos de nacionalidades!
Y entre medio me sigo preguntando ¿qué es España?
Comentarios
Fue un rey español quien en 1714 hizo una barbaridad. Y el resto de la gente, cerró los ojos ante ello. No digo que lo apoyaran, pero callaron, probablemente porque aquello ni les iba ni les venía. Eso en el mejor de los casos.
Por lo tanto si que hubo una persecución y una opresión en Cataluña.
Otra cosa es que el tema ya esté muerto hoy en día y que los dirigentes de los ¿respetables? partidos políticos nacionalistas estén meando muy fuera del tiesto.
Entiéndeme, no soy catalanista ni me interesa el nacionalismo. Considero que todos juntos podriamos hacer mejores cosas que separados. Pero tampoco me gusta cerrar los ojos al pasado y hacer como que no ha sucedido nada.
España son todas las comunidades. España no se si oprimió Cataluña, pero al menos si cerró los ojos.
Y aún más motivos tiene Aragón para sentirse ultrajada por esa "opresión" cuando Felipe II acabó con sus fueros y ejecutó al Justicia Juan de Lanuza, garante de las libertades en toda la Corona de Aragón.
Es importante señalar que, entonces, el hecho de que un ejército castellano entrase en Aragón, se consideraba violación del fuero que impedía a cualquier ejército extranjero pasar por esa tierra.
Naturalmente, nada de esto tiene que ver con Galicia ni con Euskadi, ya que ambas eran parte de Castilla, y como queda bien demostrado durante los reinados de Felipe III y IV, la segunda construía y armaba barcos para la Corona con gran alegría y devoción, y la segunda era la encargada de mantener a la Flota del Atlántico en sus cuarteles de invierno.
Así que me río yo de las "opresiones" y las "nacionalidades".