Españoles ingratos

El año que ha terminado ha conmemorado el duo centésimo aniversario de la Batalla de Trafalgar, el punto de inflexión que determinó el dominio británico de los mares durante un siglo.

Caballeros como siempre, los ingleses invitaron a las potencias derrotadas a la celebración, incluída España que envió una estupenda fragata, llamada "Blas de Lezo", junto al portaviones "Príncipe de Asturias".

El envío de estos dos buques no es precisamente casual. El "Príncipe de Asturias", en 1805, era el barco jefe de la línea de combate española, un gigantesto navío de ciento doce cañones que, a pesar de ser cañoneado por hasta cinco buques británicos de igual porte, fue capaz de soportarlo, y dejar tan seriamente dañados a varios de sus oponentes que se tuvieron que retirar. Finalmente, con Gravina (nuestro almirante) mortalmente herido, fue capaz de volver a Cádiz.

El primer buque, el "Blas de Lezo", lleva el nombre de un español, un vasco de Pasajes, marino intrépido que combatió en veintidós ocasiones contra los ingleses, y ganó en todas ellas (cosa que ni Nelson puede decir, ya que en al menos dos ocasiones, salió con el rabo entre las piernas).

Su hecho de armas más osado, y que finalmente le costaría la vida, fue la defensa de Cartagena de Indias en 1741. Con tal solo seis barcos, y apenas tres mil soldados en la ciudad, se tuvo que enfrentar a la flota más grande (189 barcos) hasta el desembarco de Normandía en 1944, que los británicos enviaron bajo el mando del Almirante Vermont.

En el transcurso de poco más de un mes, y a costa cinco de sus barcos hundidos para taponas la entrada de la bahía, y el sexto capturado por los británicos, los españoles causaron alrededor de nueve mil bajas a la fuerza invasora, y les hundieron un navío. Otros cinco tuvieron que ser hundidos por falta de dotación que lo manejara. A esto hay que sumar otras nueve mil bajas que sufrieron por enfermedades tropicales poco conocidas.

Los fallecidos españoles no superaron los quinientos, si bien el propio Blas de Lezo figuró entre ellos.

Como siempre, mientras en Londres una plaza principal lleva el nombre de Trafalgar, y la estatua del Almirante Nelson, Blas de Lezo fue enterrado en una fosa común, y nadie recuerda su historia ni su valentía.

Españoles, siempre tan ingratos con vuestros héroes.

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